Samuel Bravo, entrenador del Primera Nacional del Finca Sagrado Corazón, explica la evolución que ha experimentado su equipo desde el inicio de temporada hasta ahora, así como los ajustes tácticos que ha llevado a cabo para cosechar buenos resultados
Con más de la mitad de la temporada disputada, el
equipo dirigido por Samuel Bravo
Barraza afronta el tramo final del campeonato con una mentalidad
positiva y con la firme intención de seguir creciendo tanto en el aspecto
colectivo como en el individual. A pesar de que los resultados no han sido los
esperados en algunos encuentros, con un balance de cinco victorias y ocho
derrotas, el técnico destaca el esfuerzo y el compromiso de sus jugadores,
además del aprendizaje que ha adquirido en su primera temporada como entrenador
jefe.
"Ha sido un proceso de
aprendizaje constante, pero las sensaciones son buenas. Hemos competido en
todos nuestros juegos y debemos aprender de los errores para seguir mejorando", asegura Bravo Barraza. El
entrenador del Sagrado ha
trabajado intensamente en la evolución del equipo, haciendo ajustes
estratégicos que han permitido mejorar la dinámica de juego. Desde el inicio de
la temporada, ha implementado nuevos sistemas tácticos y ha realizado cambios
en las posiciones de algunos jugadores con el objetivo de maximizar su
rendimiento y encontrar la mejor versión de cada uno dentro del esquema del
equipo.
Uno de los pilares fundamentales para que el equipo
siga evolucionando, según el entrenador, es el ambiente en el vestuario. Bravo Barraza destaca que el grupo está
conformado por jugadores jóvenes, con gran entusiasmo y una actitud positiva,
factores clave para la cohesión y el desarrollo del equipo. "Tenemos un grupo joven con muchas ganas y
buena actitud. Eso es fundamental para seguir avanzando", explica.
Más allá de los resultados, el técnico está convencido
de que el equipo ha experimentado una evolución significativa desde el inicio
de la temporada. "No somos el mismo
equipo que éramos al principio. Hemos crecido tanto en el plano individual como
en el colectivo, y hay que seguir en ese camino", subraya. Sin embargo,
también reconoce que todavía hay aspectos que se deben mejorar para poder
traducir ese crecimiento en mejores resultados. Entre los puntos clave a
corregir, menciona la importancia de trabajar en la concentración y los cierres de partido, dos factores que han
influido en varios encuentros donde el equipo dejó escapar la victoria en los
minutos finales.
En cuanto a la competencia con los rivales directos, Samuel Bravo
mantiene una visión optimista. Pese a la diferencia de puntos en la tabla,
confía plenamente en que su equipo tiene el potencial para seguir escalando
posiciones. "Siempre hay margen para
mejorar y creo que este grupo todavía no ha tocado techo", afirma con
seguridad.
Con la fase final de la temporada cada vez más cerca,
el entrenador tiene claro cuál es el propósito del equipo en este tramo
decisivo: "Tratar de ubicarnos lo más
alto posible en la tabla y terminar con buenas sensaciones". Más allá de
la clasificación final, Bravo Barraza pone el foco en el crecimiento del equipo
y en el trabajo diario, convencido de que el esfuerzo y la constancia serán
claves para cerrar la temporada de la mejor manera posible.
La confianza en el grupo es total, y el técnico está
seguro de que los jugadores seguirán respondiendo con la misma entrega que han
demostrado hasta ahora. A pesar de las dificultades, el Sagrado sigue adelante
con la mirada puesta en el futuro y la convicción de que cada partido es una
nueva oportunidad para demostrar su evolución.